A falta de algunas
vuelas para terminar un chal maravilloso del que quiero hablaros y que me está
costando un congo terminar hoy quería presentaros a dos compañeritos de viaje
que a los pocos días de nacer se subieron en un tren y un coche para llegar a
Pamplona a tiempo de hacer compañía a dos mellizas pequeñas y simpáticas que
iban a la boda de sus papis hechas un pincel.
Pues sí, estos conejitos los hice para June
y Maia, las hijas de mi primo. Nacieron hace unos meses y yo pude conocerlas,
por fin, en Junio, cuando fui a la boda de sus papás. Fue una boda muy bonita y
divertida en la que el sol se animó a salir, sorprendiéndonos a todos ya que
llegamos y nos fuimos de allí con frío y lluvia. Viaje relámpago de un fin de
semana pero que valió, claro, cada kilómetro que hicimos.
Debo reconocer que no me gusta mucho hacer
amigurumis pero estos conejitos se han convertido en mi regalo estrella para
peques (además de la toquilla de rigor) porque ¡son tan lindos! Me parecen muy
tiernos y simpáticos y aunque me resisto a empezarlos, al final siempre
sucumbo.
En fin, espero que las bebas disfruten de
sus muñequillos tanto como yo haciéndoles fotos y paseándolos de sur a norte de
la península ;)
Pronto, espero, os hablo de mi chal.