lunes, 2 de septiembre de 2013

French Cancan.


     La última vez que actualicé os dije que esperaba poder enseñaros pronto un chal que me estaba costando mucho acabar. Entre unas cosas y otras he tardado un poco más de lo previsto en hacer la entrada pero hoy, por fin, os traigo mi French Cancan para que lo veáis.

     Fue Alex, mi madrina en el mundo  de las lanas, la que me invitó a hacerlo y yo, que a veces peco de intrépida e impaciente no me lo pensé dos veces, ¡es un chal tan bonito!



     El caso es que esta vez, he tenido que armarme con toda mi paciencia y mi tesón porque no me ha resultado fácil en absoluto y si no hubiera sido por Alex, aún estaría haciendo y deshaciendo la cenefa.

     Lo cierto es que, como siempre, tengo que agradecerle porque si no fuera por ella yo no me animaría con muchos patrones que veo complicados para mí, me asustan y pienso que no seré capaz, que tengo que saber un poco más. Pero ella me envía patrones, me explica, me manda videos y sobre todo, me hace creer que podré tejer casi cualquier prenda y al final, tiene razón, acaban saliendo.


     La primera parte del chal se hace rápido y es sencilla así que enseguida la terminé. La segunda parte, es decir, la cenefa, es la que se complica y en la que hay que estar realmente concentrada.

     En mi caso, justo cuando acabé la primera parte me vi envuelta en una mudanza caótica y opté por dejarlo un tiempo porque no hacía más que equivocarme.

     Retomé un poco más adelante pero, como este verano ha sido un poco revuelto, me costaba concentrarme y me pasaba la vida haciendo y deshaciendo. Por fin conseguí que me saliera del tirón y aunque se me hizo un poco largo, pasito a pasito fui avanzando hasta terminarlo.


     La lana me la había enviado Alex y debo decir que ha sido una gozada tejerla.

     El resultado final me gusta, aunque no sé muy bien por qué, al mojarlo para bloquear, los puntos se abrieron y no me quedó tupido como en el patrón.

     Aún así, estoy muy orgullosa de mi chal, me costó pero lo conseguí y ya me atrevo con cualquier cosa. Más adelante volveré a hacerlo, seguramente ya que es una prenda muy bonita, ¿no os parece?


     En mi aventura, además de Alex y su enorme paciencia, me acompañaron otras tejedoras que hicieron unos chales preciosos, asomaros a verlos porque, de verdad, valen la pena:

Elisa.


Y para la próxima, a ver si soy capaz de terminar mi primer jersey J

martes, 6 de agosto de 2013

Conejitos viajeros.


     A falta de algunas vuelas para terminar un chal maravilloso del que quiero hablaros y que me está costando un congo terminar hoy quería presentaros a dos compañeritos de viaje que a los pocos días de nacer se subieron en un tren y un coche para llegar a Pamplona a tiempo de hacer compañía a dos mellizas pequeñas y simpáticas que iban a la boda de sus papis hechas un pincel.


     Pues sí, estos conejitos los hice para June y Maia, las hijas de mi primo. Nacieron hace unos meses y yo pude conocerlas, por fin, en Junio, cuando fui a la boda de sus papás. Fue una boda muy bonita y divertida en la que el sol se animó a salir, sorprendiéndonos a todos ya que llegamos y nos fuimos de allí con frío y lluvia. Viaje relámpago de un fin de semana pero que valió, claro, cada kilómetro que hicimos.


     Debo reconocer que no me gusta mucho hacer amigurumis pero estos conejitos se han convertido en mi regalo estrella para peques (además de la toquilla de rigor) porque ¡son tan lindos! Me parecen muy tiernos y simpáticos y aunque me resisto a empezarlos, al final siempre sucumbo.

     En fin, espero que las bebas disfruten de sus muñequillos tanto como yo haciéndoles fotos y paseándolos de sur a norte de la península ;)


     Pronto, espero, os hablo de mi chal.

miércoles, 15 de mayo de 2013

¡Desde París con amor!


Pensaréis que hace media vida que no paso por aquí y tenéis toda la razón del mundo. Lo cierto es que no esperaba estar tanto tiempo sin actualizar pero están siendo tiempos un poco revueltos por aquí, una temporada de incertidumbre, comienzo de proyectos y nervios y eso, claro, afecta a los blogs. A este, concretamente, al que más porque los otros dos están relacionados con mi trabajo.

Pero bueno, voy a ver si poco a poco vuelvo a retomarlo y aunque no sea muy a menudo, escribo y os enseño mis avances. 


     Hoy, sin embargo, os voy a enseñar otra cosa, ¡un paquete que llegó a casa ayer nada menos que desde París! Y es que la madrina del blog, Alex, no solo me sigue acompañando en mi camino de tejedora aprendiz con todo el cariño y la paciencia del mundo sino que, además, me hace regalos tan, tan bonitos como estos. No me digáis que si abrís un paquete así no os volveríais locos.



     Con todo, ninguna de las fotos hace justicia a estas lanas divinas y suaves, ni a este cuadernito que está listo para que lo llene de anotaciones, puntos y patrones. Todo, en directo, es aún mejor.


     Y de los marcadores, ¿qué os voy a decir? No pude resistirme a estrenar una de las lanas y a acompañar la labor con ellos, ¿no son geniales?



     Creo que ya os conté que el mundo de los blogs me ha dado muchas alegrías y me ha acercado a personas maravillosas, una de esas personas es Alex y creo que detalles como este lo dicen todo, es una tejedora con las manos mágicas y además es una amiga, una compañera de batallas en la distancia y sobre todo, una mujer estupenda.

     De verdad, guapa, muchísimas gracias por esto y por tantas otras cosas.

     ¿No os morís de ganas de ver en que se convierten todas estas madejitas? ;)