martes, 14 de agosto de 2012

La toquilla de Kiara.


    Hace unos días os hablaba de cómo aprendí a hacer punto del derecho y del revés para poder regalar una toquilla al bebé de una amiga. Me parece que lo justo es que os enseñe cómo quedó. Como siempre, no es perfecta pero va cargadita de cariño.



    Mi madre siempre dice que esta toquilla es un buen regalo porque se usa mucho debido a su buen tamaño. A ella se la regalaba mi abuela Carmela, la madre de mi padre y ahora ella la hace para todos los bebés que van naciendo a su alrededor y lo cierto es que con mucho éxito. De hecho, mis primas se la piden cuando esperan la llegada de un peque.



    Le he visto hacerla tantas veces y siempre me pareció tan bonita que yo también quise incluirla en mi lista de regalos, mucho más teniendo en cuenta que es ella quien me ha enseñado. Por supuesto, el día que yo tenga hijos, espero que las toquillas las haga mi mami, por la carga afectiva que esto lleva.



    Ella suele hacerlas de un solo color pero a una amiga mía se la hizo de dos y a mí me gustó la idea. Mi problema, ¡se me acabó la lana gris antes de tiempo! No sé por qué, aún no entiendo en qué fallaron mis cálculos pero el caso es que la tienda de lanas ya estaba cerrada por vacaciones y yo tenía que resolver el problema... No quedó mal, ¿no? La idea inicial era hacer el punto de color gris y el ganchillo de color rosa pero, ya veis.



    Por si a alguien le interesa, la toquilla mide más o menos 50 X 60 cm, el punto es simplemente derecho y revés y el ganchillo cadenetas y punto alto. Fácil, entretenida y bonita de hacer.
¿Os gusta? Yo quedé bastante satisfecha con el resultado, a pesar de los problemas con la longitud de las lanas y a mi amiga le gustó mucho, eso fue lo mejor, claro.



    ¡Ah! Con esta toquilla aprendía a tejer sin apoyar la aguja bajo el brazo, con el método continental y con mis primeras agujas de bambú, un capricho, lo sé pero taaaan agradables.


jueves, 2 de agosto de 2012

Mi primera labor de punto. Un cuello.


     Leí en El círculo de punto que es beuno quedarse con la primera labor que uno hace. Tal vez alguien debería haberme dicho eso cuando aprendí a hacer ganchillo. Con toda mi buena intención y muchísimo cariño tejí una toquilla para el bebé de una amiga. A ella le encantó y me lo agradeció mucho, así de encantadora es mi amiga, pero so sé que la toquilla está llena de fallos e irregularidades y que no pasa de simpática. Aquí la tenéis.

Ya veis,ni siquiera me salieron todos los cuadros iguales...


    Cuando le pedí a mi madre que me enseñara a hacer punto para regalar otra toquilla a otro bebé decidí aprender con algo que se fuera a quedar en casa así que mi lucha con el punto del derecho y del revés comenzó para hacer un lindo cuello con una lana muy bonita y agradable que tenía en casa.



    Como buena tejedora novata que soy peco de impaciente y quiero que todo me quede como lo que veo en otros blogs o como lo que hace mi madre pero lo cierto es que, siendo muy consciente de la cantidad de errores que llenan mis labores, me siento muy orgullosa de cada avance y cada paso que doy.



    Haciendo este cuello aprendí a tejer con la aguja apoyada bajo el brazo y como ya he dicho, me animé con el punto del derecho y del revés. Por suerte, aún hay mil cosas que no sé hacer pero, esta vez, e resultado me gustó y el próximo otoño lo luciré feliz y calentita, con los puntos de más y de menos que se me hayan podido escapar y con esos ojales rústicos que hice. Esta es mi primera labor de punto y a mí me encanta :)



    ¡Ah! Y no debió de salirme tan mal porque mi hermana me ha pedido que le haga uno igual de color verde.